
La tradición atribuye a San Francisco de Asís la introducción del Pesebre (“Belén” o “Nacimiento” que llaman otros) entre las innumerables costumbres navideñas, cuando en la noche de Navidad de 1223, realizó un “pesebre” con la paja, hizo traer un buey y una mula, y se celebró allí la misa, ante una multitud de gente reunida de toda la región.
¿Hay gente que se escandaliza por estas aclaraciones? El escándalo debía darse por no conocer mejor el evangelio. Por no tener ningún interés en formarse bien. En dar importancia a cosas que son totalmente accidentales, y no afectan para nada a la fe cristiana. Eso sí que escandaliza.
Y a algunos señores periodistas que caen en la tentación del sensacionalismo, les diría que cuando tengan que hablar de algo, se informen previamente, para no quedar como incultos.
El Papa, en este caso, sabe muy bien de lo que habla, y no hay que buscar tres pies al gato (porque tiene cuatro).
Después de toda esta disquisición, yo me quedo en el Belén, con la mula y el buey y los tres reyes magos. Pero sé que es una tradición preciosa y popular, que nada tiene que ver con el Evangelio. Cada cosa en su sitio. Y la mula y el buey, en el Belén de cartón, de arcilla o de madera; pero no en Belén de Judá.
Félix González
Fuente:ReflejosdeLuz